jueves, 31 de julio de 2014

Las tarteletas de la Brioche Doree

No se les ocurra rastrear el hashtag #BriocheDoree por Instagram porque morirían al ver la cantidad y variedad de cosas que hay alrededor del mundo... y que no muchas se encuentran por estos pagos.

Pero no nos podemos quejar. Porque una forma rica, bastante accesible en general (tiene buenos menúes para aprovechar), y rápida de merendar siempre que haya una Brioche Doree cerca tenemos.

Y si hay algo que de esa cadena a mí me fascinan, son las tarteletas. Las hay para todos los gustos y las he probado a casi todas, como golosa que soy.


La de limón. La de chocolate blanco con frutos rojos (que es de mis preferidas). La de chocolate que viene con una almendra en el medio (mi fruta seca favorita, sí, tengo un ránking de frutas secas favoritas). El otro día vi el cheesecake, pero el de allí aún no lo he probado.

Pero en mi podio están las de frutas. ¿Por qué? Primero y principal, porque no me suelen gustar casi nada las tartas de frutas. No obstante, la Brioche tiene una de mis preferidas, la de frutillas, y además hay una que no he visto recientemente, por lo que supongo está en época más veraniega, y que tiene varias frutas. Siempre suelen tener cuatro variedades y entre ellas he visto: frutillas, mandarina, banana, kiwi, durazno, arándanos, fambruesas y seguro me estoy olvidando alguna más. Y créanme, probé diferentes variedades y hasta ahora no hubo una que no me haya gustado.

martes, 29 de julio de 2014

Pasta linda y FÁCIL!


Hace un par de meses y gracias a una oferta de Falabella, me pude comprar un chiche al que le tenía muchas ganas: una pasta linda. Para los que no saben qué es le cuento: es una máquina que sirve para hacer tus propios fideos. Tiene un rodillo que te sirve para estirar la masa y, en la que tengo yo, dos rodillos que te cortan la masa en tiras para que queden los fideos, unos gruesos y otros más finos.
Hecha esta introducción la idea es enseñarles cómo se usa.

·      Preparar la masa es muy simple. Sólo vamos a necesitar harina y huevos y la proporción es 100 gramos de harina y un huevo por persona. Suponiendo que hacemos para dos ponemos 200 gramos y dos huevos.

·      Hacemos una montañita con la harina y en el medio hacemos un hueco lo suficiente grande en el que vamos a romper los huevos, básicamente quedaría con la forma de un volcán.


·      Una vez que rompimos los huevos los empezamos a batir dentro del volcán y de a poco vamos tirándole las paredes del volcán encima. No se olviden de pasarse harina por las manos así no se les pega la masa.

·      Mezclamos bien los huevos con la harina hasta que se forme una masa.

·      Amasamos la masa por 10 minutos hasta que quede un bollo. La envolvemos en papel film y la dejamos reposar una hora

·      Después de que reposo llenamos de harina la mesada y dividimos la masa en dos.

·      Pasamos la masa por el primer rollo, el que la estira. Este rodillo tiene distintas graduaciones que van del 9 al 1, arrancamos en el 9 y vamos bajando. Cuanto más bajo sea el número más apretados van a estar los rodillos y más fina va a salir la masa.

·      Entre cada pasada le tiramos un poquito de harina a la masa, para que se mantenga seca y no se pegue en la máquina. Básicamente lo que hacemos es pasarla por los rodillos, le tiramos harina, la doblamos a la mitad y otra vez por los rollos. Así tres o cuatro veces por cada nivel de los rodillos, yo generalmente dejó de pasarla por estos cuando llego al nivel 5.

·      Ahora vamos a tener dos masas más bien largas y finas. Las cortamos a la mitad si están muy largas y la pasamos por los rodillos que cortan.

·      Listo! Ya tenemos fideos caseros listos para cocinar!  

Tallarines:

Fideos cinta:

viernes, 25 de julio de 2014

Top 5 de las tortas más bonitas y originales

Pinterest es una vidriera gigantesca de cosas que nos gustan. Personalmente, fashionista como soy, es lo que me hace sufrir mirando cuántas cosas de diseñador no puedo tener. Pero además la comida, como en instagram, es uno de los temas más ocurrentes. Les dejo mis cinco tortas favoritas que he encontrado por allí, las elegí por ser originales.

Frozen, una de las temáticas más recurrentes hoy en día

Pero ninguna le gana a los minions, que no nos cansamos de ver por todos lados.

Hello Kitty, otra de mis temáticas preferidas. Sí, soy una niña.

El mundo de Alicia en el País de las Maravillas en una torta.

Y una torta sobre mi película de Disney favorita, que no sólo junta a todos sus personajes sino que incluso agrega esa fantástica biblioteca que es el sueño de cualquier lector.

Les recomiendo que pasen por pinterest a buscar estas cosas y no van a poder parar, van a querer todo. A mí ya me costó horrores elegir sólo cinco. 

jueves, 24 de julio de 2014

Soy un amargo

Como ya quedó demostrado en este blog, soy un gran fanático de las cosas dulces, más específicamente del chocolate. Afortunadamente, mi favorito es el más “sano” de todos, el chocolate amargo. El chocolate amargo se caracteriza por estar hecho  con cacao y SIN la adición de leche, lo cual hace que el cacao conserve sus principales  beneficios, además tiene menos azúcar que el chocolate común y corriente. La amargura del chocolate, también van a estar determinada por el cacao: cuanto mayor sea el porcentaje, más amargo será. Este porcentaje generalmente está muy a la vista en el envoltorio del mismo y lo más comunes varían entre un 35 % y un 50 % aunque hay con porcentajes más altos. Yo una vez probé uno con un 70 % y se me hizo imposible comerlo de tan amargo que era.


De paso aprovecho y les dejo alguna de las virtudes de esta variedad de chocolate:

  • Mejora la circulación y la presión arterial.
  • Ayuda a reducir el colesterol.
  • Fortalece el funcionamiento cerebral.
  • Libera endorfinas lo cual hace que estemos más relajados y seamos más felices.
Entonces, la próxima vez que se quieran atracar de chocolate, comprense uno amargo y digan que lo están haciendo por su bien.

domingo, 20 de julio de 2014

Pequeñas comidas de grandes películas

La idea de este post era que cada uno de los autores eligiera una comida de una película y el otro escribiera al respecto. Esta consigna surgió de la mano de Milagros Amondaray, autora del blog Cinescalas, donde esta nota sale publicada en simultáneo.

La elección de Jessica por Ezequiel


Si hay algo que caracteriza a la película de Wes Anderson, The Grand Budapest Hotel, es su estética, una estética que no descuida ni el más mínimo detalle, ya sea en el vestuario, en un objeto decorativo o como en este caso, una comida o para ser más preciso: un postre. El Cortesans au Chocolat es un postre que se prepara en la pastelería Mendl´s por Agatha, el interés amoroso de Zero, el protagonista. Este postre fue inventado para la película y en realidad consiste de tres pièces montées, que son muy comunes en la pastelería y que se usan para hacer postres que requieran un grado de “arquitectura”, su relleno puede ser de crema pastelera de chocolate, mazapán o nugat. Pero mejor, volvamos a la película. A mí, me gustaría comparar el postre con el film de Wes Anderson. Al igual que la película, lo que primero nos llama la atención es su aspecto visual, desde esa hermosa caja de Mendl´s hasta esos colores y el increíble aspecto del mismo, pero no nos dejemos engañar, el interior es mucho más interesante todavía. Como dije, su aspecto visual nos puede conquistar, como a los guardias de la cárcel, quienes deslumbrados ante tanta belleza, no se animaron a romperlos para ver si tenían una herramienta en su interior que ayudara a los presos a escapar, incluso cuando el postre tenía forma de martillo. Pero bueno, si lo seguimos analizando vemos que el postre tiene varios pisos o niveles, como la película de Wes Anderson, en la que vemos que hay una historia sobre otra, sobre otra (la historia del libro, la del escritor del libro y la del hotel) pero la comparación de los niveles no sólo se queda ahí. A un primer nivel podemos decir que es una comedia entretenida, pero si la analizamos más podemos decir que es el retrato de una época pasada o también afirmar que es la historia de una vida o de varias y así podríamos seguir y seguir. Pero, como todo buen postre, lo más importante del Cortesans au Chocolat y de El Grand Hotel Budapest es el sabor que nos deja una vez que lo probamos, esa primera cucharada que nos llevamos a la boca y que una vez saboreada, nos damos cuenta que no vamos a poder parar hasta terminarlo, que una vez finalizado vamos a querer más y que nunca nos vamos a empachar de algo tan lindo y delicioso.

La elección de Ezequiel por Jessica


Para sobrevivir al apocalipsis zombie, el secreto está en seguir ciertas reglas. Eso es lo que nos enseñaron en Zombieland. Y una de ellas era la de disfrutar las pequeñas cosas. El tema es que Tallahassee (Woody Harrelson) ya no las encuentra.
Es que sus pequeñas cosas que le gustaría estar disfrutando son unos Twinkies, unas golosinas que ya no encuentra siquiera en lo que quedó de los supermercados, como si se hubieran extinguido. Su propia razón de ser parecería ir de la mano con la búsqueda de ese producto tan anhelado. Los Twinkies se terminan convirtiendo en su motivación, su objetivo a corto plazo que necesita para seguir adelante. Porque a la larga los Twinkies para él no son sólo una golosina, es un viaje a otra época, una mejor, anterior a la invasión zombie.
Enjoy the little things. Una frase sin duda para enmarcar y colgar allí donde uno lo tenga siempre a la vista. Placeres pequeños que pueden surgir de muchas cosas y de muchos lugares, y que a veces se tornan tan cotidianos que no los apreciamos como corresponden.
En mi caso, quizás el más cotidiano de esos placeres radica en una buena taza de té, y si es de manzana, canela y miel, aquella no sólo deliciosa sino que llena el ambiente de aroma a miel, mejor. Siempre es la mejor compañía para cualquier actividad placentera tal como escribir, leer, o ver una película o serie.
Por mí, que vengan todos los zombies que quieran a golpear a mi puerta, yo voy a estar muy tranquila tomando mi té.

viernes, 18 de julio de 2014

Strawberry fields forever

No soy tan frutera como debería, pero lo cierto es que, a diferencia de Ezequiel, me gustan unas cuantas. Pero si tengo que elegir mi fruta preferida no lo dudo y contesto: las frutillas. No sólo me parecen las más ricas, sino que hasta incluso son las más lindas de todas.

Y las puedo comer como vengan. Solas, con azúcar, con crema, con chocolate, en postres, en licuados, como sea.


Pero como, mi idea al menos, es no siempre recomendar sólo cosas ricas sino también saludables (al menos cada tanto, es cierto que mi estilo de vida no es el más sano, es más bien descuidado), les dejo unos datos para que tengan en cuenta a la hora de comer frutillas.

+ Son una gran fuente de vitamina C, sí, pero además aportan potasio, yodo, magnesio, cobre, vitamina B, omega 3 y fibra.

+ Tienen un alto contenido en antioxidantes y elementos desintoxicantes, y las frutillas promueven la eliminación de toxinas del organismo.

+ Fortalece los capilares de la sangre previniendo así la anemia.

+ Gracias a la vitamina  C son también muy buenas para los huesos, y previenen la artritis reumatoide y la osteoartritis.


Y por último, les dejo unos consejos publicados en solovegetales.com sobre cómo mantenerlas:

Comprarlas firmes y sin manchas. Conservarlas sin lavar en un envase hermético en la heladera hasta el momento de consumirlas.
Lavarlas enteras y con el cabo. No dejarlas mucho tiempo en el agua porque pierden sabor y nutrientes.
Una vez lavadas quitarles el tallo, prepararlas y servirlas enseguida. Estando en perfectas condiciones pueden durar hasta 10 días en la heladera. También se pueden conservar congeladas durante varios meses. Para congelarlas se lavan con el cabo, se dejan orear y se espolvorean con azúcar. Se guardan en cajas herméticas.
O bien se licuan y se guardan como jugo. Se pueden mantener un año congeladas de esta forma.
Así que ya saben, ¡a comer frutillas y disfrutarlas!

jueves, 17 de julio de 2014

Fondant de chocolate

Hoy les voy a dar mi primera receta y fiel a mi fama, va a ser de un postre. La receta es muy simple de hacer y sólo se necesitan estos pocos ingredientes:

100 gramos de manteca
100 gramos de chocolate para derretir
1 cucharada de esencia de vainilla
2 cucharadas grandes de harina
2 huevos
100 gramos de azúcar

Para la manteca y el chocolate es muy fácil calcular las medidas. La manteca rectangular que compramos en el supermercado es de 100 gramos, así que metemos la mitad y para el chocolate, la tableta Águila también es de 100 gramos.   

Ahora pasamos a la receta y vamos por pasos para no perdernos y hacerlo simple.

1.     En un bowl ponemos los huevos, la esencia de vainilla, la harina y el azúcar.
2.     Revolvemos todo bien hasta que quede bien mezclado.
3.     Ponemos agua a hervir en una sartén. En el centro ponemos un recipiente en el que vamos a poner la manteca y el chocolate, trozado en pequeños pedazos, o sea que lo vamos a derretir a baño María.
4.     Revolvemos el chocolate con la manteca y cuando el agua hierva bajamos el fuego al mínimo
5.     Seguimos revolviendo hasta que la manteca y el chocolate se derritan completamente.
6.     Juntamos esa mezcla con la anterior y revolvemos bien hasta que de nuevo quede todo junto.
7.     Prendemos el horno a fuego medio.
8.     Mientras, le pasamos manteca a un recipiente que vamos a usar para calentar la mezcla. Pueden ser recipientes individuales o hacer todo un gran “brownie” que después vamos a cortar en pequeñas porciones.
9.     Vertemos la mezcla en el recipiente y lo ponemos al horno por 15 minutos aproximadamente. Para saber cuando están listos los pinchas con un tenedor y si este NO sale manchado con chocolate significa que está listo.



 Sacamos del horno dejamos enfriar por un minuto. ¡Y a comer!

Nota: A la mezcla se le puede agregar, almendras, maní, nueces, cereales picados muy finos o lo que se  les ocurra que puede quedar bien.


miércoles, 16 de julio de 2014

¿Qué hacer con la lechuga?

En la casa de mi novio, prácticamente no se comen frutas y verduras. No obstante yo intento de a poco que se vayan incorporando. Y hace poco que empezamos a hacer los fines de semana para acompañar alguna comida, una ensalada. Ya les contaré en otro post cómo logro que mi novio coma verduras, es decir, cómo hago que la ensalada sea una comida lo suficientemente atractiva para alguien como él, que es como un niño.

El tema fue qué pasó después. Nos quedamos sólo con lechuga en la heladera. ¿Cómo se come la lechuga? Para mí las opciones siempre fueron en ensalada, o en algún sandwich o hamburguesa. Pero no teníamos para hacer nada al respecto. Cuando él ya estaba pensando en tirarla, se me ocurrió googlear.

Y así llegué a una idea tan práctica, que no sé cómo no se nos había ocurrido antes: tortilla de lechuga.


Es cierto que nunca la había comido, ¿pero quién no comió tortilla alguna vez? Ya sea de papa, con cebolla, de acelga o espinaca. Y lo que se necesitan no son más que unos pocos y muy simples ingredientes, de esos que están en todas las casas.


3 huevos
2 cucharadas soperas de harina
sal a gusto
aceite o manteca, para freír
y, claro, lechuga

También es cierto que la cantidad depende de cuánta lechuga se pretenda usar y de cuánta/s tortilla/s se quiera hacer.


¿Cómo se hace? Seguro ya lo saben o imaginan. La lechuga se corta en tiritas, no muy grandes. Por otro lado se baten los huevos con la harina y la sal, hasta que quede bien consistente. Se le agrega la lechuga y eso va a la sartén (nosotros estamos acostumbrados a freír con manteca en lugar de usar aceite pero la forma más sana de hacerlo sería con aceite de oliva). Hay que estar atento nomás a cuándo darla vuelta para que se cocine del otro lado.

Y me gustó cómo quedó y mi novio me hizo saber que a él también.

martes, 15 de julio de 2014

El secreto de Güerrín

Para muchos, Güerrín, es una de las mejores pizzerías de Buenos Aires, para mí, la mejor. Pero no quiero entrar hoy en este debate, ni tampoco quiero decir obviedades. Otro día debatiremos sobre pizzas y pizzerías, hoy no. Lo que vengo a contarles es un secreto de este mítico lugar, un plato que muy pocos conocen porque es opacado por la exquisita pizza, una joya que nadie conoce y que muchos dejan pasar.

Hoy les voy a hablar del mousse de chocolate de Güerrín.


Créanme cuando les digo que ese postre está a la altura de las pizzas, es una masa de chocolate bien oscuro, con un dejo de sabor a chocolate amargo, la cantidad exacta de crema y para burlarse de los estereotipos, una frutilla como decoración final. No importa lo lleno que estén, cuando prueben el primer bocado no van a poder parar, van a seguir hasta terminar con esa copa. Por eso, la próxima vez que vayan a Güerrín, traten de parar un poco antes con la pizza, se que es difícil pero no imposible, y dejen un poco de lugar para el postre, cuando prueben el mousse me lo van a agradecer.